El incidente se inició cuando una prisionera ingresó a un dormitorio, donde dos mujeres cumplían la cuarentena del COVID-19, provocando un incendio en el que resultaron lesionadas dos de las mujeres. Foto: AFP


Seis mujeres murieron a manos de otras internas en una cárcel de adaptación femenina en Honduras, informó este domingo el Instituto Nacional Penitenciario (INP).

En un comunicado, el INP relató que en la media noche del sábado unas internas rompieron portones y el techo de un edificio de la Penitenciaría Nacional de Mujeres de Támara, 10 km al norte de la capital, "para dirigirse al gimnasio donde permanecían seis privadas de libertad a quienes asesinaron".

El incidente se inició cuando una prisionera ingresó a un dormitorio, donde dos mujeres cumplían la cuarentena del COVID-19, provocando un incendio en el que resultaron lesionadas dos de las mujeres.

Miembros del cuerpo de bomberos llegaron a sofocar el incendio en el reclusorio, que alberga a cerca de 1.300 internas.

Pero el incidente solo fue un distractor para que otras internas entraran al gimnasio a matar a las seis prisioneras.

Agentes de seguridad lograron "restablecer el orden y el control, regresando las internas a sus hogares asignados mientras se realiza el proceso de investigación" para deducir las responsabilidades, enfatizó el INP.

Algunas de las internas hicieron circular audios por redes sociales acusando de las muertes a miembros de pandillas.

"Las pandilleras planearon eso para joder a esas muchachas y jodernos a nosotras también, solo que no pudieron romper los candados", asegura una de las mujeres en uno de los audios.

Las pandilleras "entran en la casa cuna, no respetan ni a los niños porque dicen que son MS (Mara Salvatrucha, MS-13", asegura la misma mujer. "Cuando ellas quieren vienen a tirarnos piedras a decirnos que nos van a matar que nos van a meter fuego. Estamos cansadas y la directora no hace nada", subrayó.

La presidenta de la Asociación de Privados de Libertad, Delma Ordóñez, instó a las autoridades a evitar "una desgracia" en los centros penales al asegurar que la cuarentena decretada por el coronavis provoca problemas psicológicos en los prisioneros.

Al menos un preso ha muerto en Honduras por la COVID-19. El deceso se produjo en la cárcel de Ilama, departamento de Santa Bárbara, unos 160 km al noroeste de Tegucigalpa, donde fueron puestos en cuarentena decenas que lo acompañaban.

Según informes oficiales, una veintena de detenidos han sido confirmados con COVID-19 en dos de las 30 cárceles de Honduras, que albergan más de 21.000 presos.